Valle de Bravo, “Pueblo Mágico” desde 2005, llegó a los 187 años de su nacimiento y hoy brilla como uno de los destino turísticos más frecuentados por vacacionistas tanto nacionales, como extranjeros.
Asentado en lo que fuera el pueblo Matlazinca, Valle de Bravo es uno de los principales atractivos turísticos en la entidad mexiquense, reconocido como “Pueblo Mágico” gracias a los diferentes atractivos y bellezas naturales con las que cuenta, como la impresionante cascada “Velo de Novia”; así como su arqueología, festivales, gastronomía, entre otros.
Entre sus principales atractivos se encuentra un lago artificial, construido en 1947 como parte del sistema hidroeléctrico Miguel Alemán, cimentado sobre un río por el que se desahogaba el agua de las lluvias; además de la ciudad típica de Valle de Bravo que se ubica sobre las faldas del Cerro de la Cruz de Misión. En este lugar, se encuentra la iglesia de San Francisco de Asís, el Jardín Central y un bello kiosko.
Valle de Bravo tiene un mercado de artesanías típico, una casa de oración y meditación espiritual llamada “Maranatha”, el Mirador La Peña que ofrece una bella panorámica de la zona, un puerto y lugares donde se pueden practicar diferentes deportes acuáticos.
La calidez de su gente es un sello distintivo del lugar, los vallesanos son el mejor ejemplo de cómo reencontrarse con los valores y raíces, ya que lo expresan con la hospitalidad a sus visitantes, enalteciendo la vocación turística.
Además de varios hoteles y cabañas que hacen que visitar este “Pueblo Mágico” sea inolvidable. Los restaurantes de este municipio muestran una variedad de platillos tanto regionales como internacionales, utilizando ingredientes del lugar, como lo es la trucha arcoiris que se prepara de diversas formas o los hongos y setas de temporada.
En su mensaje, Gabriel Olvera Hernández, presidente municipal de Valle de Bravo, señaló que desde su origen, la fortaleza del pueblo vallesano radica en el trabajo cotidiano de su gente y en la fuerza de su espíritu emprendedor.