Entró en vigor la nueva tarifa del transporte público en el Estado de México, al pasar de siete a ocho pesos, con un descontento para algunos sectores de la población, lo que generó descontento entre usuarios y conductores.
Algunos viajeros manifestaron que les parece injusto el incremento, porque no se ve ningún cambio en las unidades, “La mayoría, sea combi, microbús o autobús, están en pésimas condiciones”.
Indicaron que “no tienen luz, los asientos están rotos, todo les suena y los choferes son groseros, manejan mal, no les preocupa que llevan vidas, sólo quieren ganar el pasaje”.
Por su parte, conductores del paradero de Satélite, indicaron que esperaban un aumento de al menos tres pesos, “no estamos de acuerdo porque un peso no es nada”.
Señalaron que “la gasolina sube, las cuotas suben, los policías quieren lo suyo y además los pasajeros están molestos porque ahora les cobramos más, pero a nosotros nadie nos da para mantener el servicio” , dijeron los trabajadores del volante.
Ambos sectores, tanto los usuarios como los prestadores del servicio, coinciden en que además de un incremento, deben ponerse en marcha nuevos programas y acciones que brinden seguridad en las unidades.
Algunas de estas opciones son la modernización, capacitación a los choferes, garantías de un servicio eficiente y una atención digna al usuario.
En el primer día de entrada en vigor de la nueva tarifa del transporte público en la entidad, la mayoría de las unidades cuentan con la nueva pirámide de tarifas a la vista del público.