[dropcap]E[/dropcap]l estreno de una nueva película de Bond es todo un evento para cualquier cinéfilo que se precie que sabe lo que va a ver perfectamente: una buena película de espías con mujeres de infarto, secuencias de acción memorables, gadgets imposibles y un impertérrito agente 007 demostrando sus habilidades para salir indemne de la peor de las trampas.
En este sentido Spectre funciona como una bala dándole al público justo lo que demanda, recogiendo con esmero los hitos fundamentales de Casino Royale, Quantum of Solace ySkyfall e incluso lanzando la caña más lejos e introduciendo guiños a Goldfinger y Al servicio de su majestad. En este sentido es la película más «canónica» de esta nueva fase, para bien y para mal. Para bien porque sabor bondiano se intensifica, para mal porque en ocasiones resulta formularia, casi como si el guión escrito a cuatro manos por John Logan, Neal Purvis, Robert Wade y Jez Butterworth hubiera tirado de manual y no hubiera prestado especial atención a los engranajes que unen las piezas.
Que uno tenga claro lo que va a ver no significa que tengan que darle exactamente lo mismo de siempre pero en una dosis aumentada. No nos engañemos, estamos ante la 24ª entrega de la saga cinematográfica y sorprender al espectador cada vez se torna más complicado, lo que no justifica algunos problemas manifiestos de la película como el exceso de metraje.
Pero empecemos alabando sus virtudes que se manifiestan muy pronto con una secuencia inicial bárbara rodada en México en el desfile del Día de los Muertos cargada de ritmo gracias a una banda sonora que eleva el conjunto metiéndonos de cabeza en la trama. Los números son fríos pero atentos a esta larga secuencia en la que se requirió a más de 1.500 extras, 10 carrozas coordinadas, 107 maquilladores y el complejísimo trabajo que hay detrás de esa toma de imágenes en la que vemos a Bond desplazarse hasta un hotel, subir a su habitación y moverse por la azotea… Impresionante.
Los títulos de crédito vienen a continuación y como siempre consiguen empaparnos de la esencia de la película y de la atmósfera a la par que nos lanzan miguitas de pan sobre lo que veremos de forma inmediata. El magnífico tema musical de Sam Smith, «Writing’s on the Wall», contribuye a ponernos los pelos de punta como no podía ser de otra manera. Os recordamos que hemos realizado un reportaje rememorando los mejores temazos de la saga que os recomendamos encarecidamente.
La premisa principal de Spectre: «los muertos están vivos» y a partir de aquí acompañaremos a Bond en una cruzada que le llevará a buscar respuestas sobre sobre la red que parece estar a punto de hacer sucumbir a los servicios de inteligencia del mundo libre, haciendo que el programa 00 de hecho esté en la cuerda floja, lo que a su vez y de forma inesperada le desvelará algunos misterios de su pasado.
Valoración: Spectre parece querer cerrar el arco argumental abierto en Casino Royale y lo hace con gran espectacularidad a nivel formal pero con poca destreza a la hora de hilvanar las escenas de acción y dotarlas de peso específico en cuanto a sus resultados en la trama.
Lo mejor: la secuencia inicial rodada en México (quizá empieza tan fuerte que el resto de la película esperas algo similar) y el espectacular diseño de producción.
Lo peor: hace honor a su nombre, se desvanece como un espectro y no consigue hacerle justicia al mejor Bond que hemos conocido. El personaje de Waltz decepciona.
Crítica de Raquel Hernández Luján